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jueves, 10 de diciembre de 2015

LA HISTORIA DE MIS LACTANCIAS (PARTE IV)

Espero que hayáis disfrutado con la parte 1, la parte 2 y la parte 3.

Y llega Junio (Pequeña India tiene tres meses y medio) y me tengo que presentar a dos exámenes (estudio el Técnico Superior de Educación Infantil) y un día me levanto con dolor de cabeza, muy rara, aunque no le doy importancia. Después de comer aparece la fiebre y el dolor de pecho. No me lo puedo creer, ¡MASTITIS! El mundo se me viene encima, la familia me dice que lo deje, que ya he conseguido mucho. Pero precisamente como he conseguido mucho y se mucho de lactancia sigo adelante.
Me voy a Urgencias como quien va al matadero, rezando para que me vea alguien que tenga un poco de idea sobre el tema. Y no sé si los astros se alinean o si es el karma o qué, pero me atiende una ginecóloga joven que acaba de tener un bebé también que me manda un tratamiento adecuado. Paso unas semanas malas porque aunque con el antibiótico el dolor disminuye, todavía me molesta. Además me salen durante las semanas siguientes varias perlas de leche que hacen que las tomas sean muy dolorosas. Sigo preocupada y me voy a ver a una asesora de lactancia (Kika Baeza, del Centro de Atención a la Familia Raíces ). Escucha mis dudas, chequea la postura y a mí me da la confianza suficiente para seguir adelante. Tras pasar la crisis me doy cuenta de que el estrés de los exámenes ha podido influir en la aparición de la mastitis. Y es que siempre que estoy nerviosa aparecen las complicaciones.
Y sí, lo consigo, llego a los seis meses de Lactancia Materna Exclusiva. Y cuando ya pensaba que estaba todo superado resulta que tengo Síndrome de Raynaud  en el pezón, con lo que el dolor después de algunas tomas es insoportable. Menos mal que el malestar va y viene. Y podría haberlo dejado como insistía mucha gente pero la conexión con Pequeña India es tal que no podría dejarla sin su teta. Así es que aquí seguimos, 9 meses de Lactancia Materna y seguimos sumando.

Sólo lo conseguí con mi india pequeña pero quiero y adoro por igual a mis tres hijos, aunque los dos mayores se hayan criado con biberón. A veces me quedo mirándolos y me da mucha pena no haber disfrutado de la lactancia materna con ellos pero me doy cuenta de que les quiero más todavía por eso. Ellos abrieron el camino, me enseñaron a ser madre y a aprender de mis errores. Además ven dar teta como lo más normal del mundo y espero que les sirva de cara al futuro. Que mi hijo se convierta en un padrazo como el que tiene y mi hija se guíe siempre por su instinto.
A veces las cosas son más fáciles de lo que parece. Sólo hace falta confiar en un@ mimo@ y guiarte por lo que sientes, por lo que dice tu instinto en cada momento. Pequeña India ha dormido en nuestra cama desde el momento en que llegamos a casa (y en el hospital también), ha comido cuando ha querido (a pesar de los ¿otra vez tiene hambre?), ha estado en brazos continuamente y la hemos porteado. No existe una receta mágica pero todo esto me ayudó mucho en la lactancia en particular y me está ayudando mucho en la crianza en general. A mis otros hijos también los cogí, les di de comer cuando querían y les metí en mi cama pero lo hice como "a escondidas", sin estar segura de lo que hacía. Y es que a veces los comentarios hacen mucho daño.


  Sólo me queda dar las gracias: 

-       Gracias J., por ser mi marido y aguantar mis neuras. Por ser el mejor padre que nunca imaginé para mis hijos. Por ser mi compañero de vida. Sí, estamos locos los dos y hacemos las cosas sin pensar pero gracias a eso tenemos tres hijos preciosos. Gracias por aprender conmigo sobre lactancia materna. Gracias por defender que dar teta es algo natural y que no hay por qué esconderse (Tú y yo sabemos de lo que hablo).

-       Gracias familia por vuestra ayuda con los mayores. Mis indios os adoran y eso no se paga con ninguna tarjeta de crédito.

-       Gracias mamá por estar siempre ahí, por ser mi único apoyo en los momentos de incertidumbre.

-       Gracias AMIGAS por aguantar mis penas y apoyarme en los momentos difíciles de mi maternidad. Sois mi tribu y sin vosotras no sería la que soy. Adoro nuestras charlas interminables sobre hijos.

-       Gracias hijos por convertirme en la persona que soy ahora.

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